Las escalas de valoración funcional son ampliamente utilizadas en medicina humana, no así en medicina veterinaria donde aún no existen escalas funcionales validadas para poder examinar de una manera objetiva la limitación funcional en perros.
Existen algunas propuestas de escalas funcionales utilizadas con más o menos consenso en diversos centros veterinarios como es el caso del Alameda East Veterinary Hospital (Colorado, USA) que utilizaba como herramienta el “Functional Questionnaire”, especialmente indicaba para perros seniors o geriátricos. En Argentina se hizo un protocolo de valoración de la artrosis en perros que comprendía tanto la valoración de la movilidad como la valoración propia de la articulación afectada: inflamación, dolor, rango de movilidad y crepitación. También en Estados Unidos en el MASH hospital (Huntingtown, MD) se utiliza el el C-FIM: Canine Functional Independence Measure © For Paws Rehabilitation. Diversos centros de rehabilitación y hospitales veterinarios utilizan protocolos internos no publicados.
En medicina humana se utilizan habitualmente para el control de determinadas articulaciones: Install, para valoraciones de movilidad más globales. Test “get up an go” para medir el grado de autonomía de las personas o Barthel entre otras muchas. Estas escalas están validadas, aceptadas por las autoridades médicas e incluso usadas en medicina forense.
Un grupo de fisioterapeutas y veterinarios españoles realizó una escala de valoración funcional del codo la rodilla y la cadera, al ser estas las articulaciones que presentaban mayor patología.
La escala Bioarth pretende ser una herramienta práctica para valorar los diferentes problemas funcionales que afectan a las articulaciones, mediante un sistema ordenado y sistematizado de puntuación.
Esta escala no pretende sustituir ningún otro procedimiento si no ser una herramienta válida que ayude tanto en la evaluación inicial del paciente como en la valoración de su evolución en el tiempo.
La evaluación de la limitación funcional mediante esta escala debe ser realizada por un veterinario o fisioterapeuta especializado en animales de compañía. La valoración funcional no siempre se correlaciona con los signos radiológicos. En fisioterapia el examen funcional es un parámetro esencial para conocer el estado del sistema osteoarticular y su evolución, junto con una adecuada exploración física; el examen radiológico y otras técnicas de diagnostico por imagen son como su propio nombre indica pruebas complementarias.
En esta escala se establece un sistema de puntuación (de 0 a 3 o de 0 a 2 según los casos) para cada uno de los 12 parámetros a examinar. Tras esta evaluación podremos conocer el estado de los tres parámetros funcionales básicos: limitación funcional, movilidad articular y atrofia muscular.
En el primer bloque se valora la limitación funcional de la articulación afectada mediante un sistema de puntuación que cuantifica los cambios de postura, cojera y de resistencia a la marcha y al juego (los puntos 5 y 6 pueden ser contestados directamente por el propietario). Es aconsejable disponer de un tramo de escaleras largo para poder comprobar los puntos 7 y 8.
En segundo apartado se pretende valorar las limitaciones de movilidad articular, si existe pérdida en los grados de flexión y extensión de la articulación estudiada y si se produce dolor al realizar esta valoración. La medición del rango de movilidad se realiza siguiendo los parámetros estándar.
Para evaluar la atrofia muscular utilizaremos la palpación y una cinta métrica comparando la extremidad afectada con el miembro contralateral (siempre que éste no está afectado), en caso contrario se recurriría a la experiencia clínica.
Fuente: Ortocanis.com